Hola mamá;
Esta vez la muerte, ha conseguido su objetivo. Tantas veces viniendo a buscarte y tú con tu fortaleza, siempre plantándole cara. En esta ocasión, también has luchado y peleado, no le ha sido fácil.
Los que te conocemos bien, sabemos que no has tirado la toalla en ningún momento. Has sufrido lo que pocos aguantaríamos.
Siempre has sido generosa, es una de las muchas virtudes que tienes, la generosidad. Generosa con tu familia, con tus amigos, hasta el último minuto, has sido generosa con tu tiempo y tu vida, has aguantado hasta que poco a poco nos íbamos haciendo a la idea de que esta vez, no había vuelta atrás. Nos has permitido estar hasta el final contigo, el tiempo que tú has sufrido, ha sido regado de amor. Seguro que sabes, que no has estado sola en ningún momento, a ti que siempre te gustaba estar rodeada de la familia, hemos estado todos, los amigos, que al final por estar en la UCI , no podían llegar, estaban contigo en espíritu y pensamiento, sus rezos tenías que escucharlos.
Quiero darte las gracias, por ser, por haber sido mi madre, has puesto el listón muy alto, pero espero no defraudarte, ni como madre, ni como persona. Me has enseñado tanto y tan bueno, sobre todo con tu ejemplo, tu carácter animoso, fuerte, como un junco, que es duro y flexible a la vez. Tolerancia, respeto, generosidad. El espíritu de niña que siempre lo has mantenido a flote, te dotaba de una sonrisa permanente que realzaba la tersura y la belleza de tu rostro, belleza que en tu interior se crecía. Recuerdo de pequeña cuando me dabas el beso de buenas noches, cuando estaba enferma y me cuidabas, tu cercanía me gustaba sólo por el olor puro que desprendías. Siempre has estado a mi lado con cariño, sin echar nada en cara, siempre con tu apoyo.
Como abuela, como hermana, como te gusta estar rodeada de tu familia, como una gallina culeca, rodeada de sus polluelos, siempre con una sonrisa, disfrutando y gozando de todos en unidad.
Como amiga, eres millonaria, no te puedes hacer una idea de cómo la gente te quiere, todos te echaremos de menos y te añoraremos.
Mi padre, el tuyo, familiares y amigos que se fueron por delante, estarán contentos y dichosos porque ya te tienen a su lado.
Espero y deseo que seas dichosa en ese nuevo GRAN VIAJE que has iniciado, nosotros siempre te tendremos en el corazón y no morirás en nuestro recuerdo.
Los que estamos aquí cogeremos una rosa, para que siempre que tengamos una a nuestro alcance nos recuerde a ti. Por los sentidos que despierta una rosa, como tú, que despertaste todos los sentimientos positivos mientras estuviste con nosotros.
Buen viaje mamá y hasta siempre.
Irene 24 enero de 2013
Lo siento, tengo a mi madre con 97 años en silla de ruedas, pero plenamente consciente y con las facultades mentales casi al cien por cien, pero en cualquier momento...
ResponderEliminarUn abrazo.
Un saludo Irene, maravillosa carta, acabo de perder a mi madre también. Me parece un gesto grande, el reconocimiento de tanta dulzura repartida y una despedida como seguramente mereció.
ResponderEliminarUn abrazo y mucha fuerza.