Querido hijo mío; después de llevarte dentro de mí durante nueve meses y viendo las perspectivas que a día de hoy tienes ante un futuro inminente y a largo plazo, quiero que sepas, "que te quiero", que aunque sea una incongruencia, por ese motivo estás aquí, en esta sociedad materialista, egoísta, agresiva, pesimista, idolatrada por unos y apestada para otros.
Cuando te llevaba dentro, las preguntas de aquel entonces, era, que nombre te íbamos a poner y que me gustaría que fueras. Yo siempre decía lo mismo: "me dá igual, que sea médico, ingeniero, electricista o fontanero, lo que sea, que le haga feliz, que sea feliz y por supuesto que sea el mejor en lo suyo, pero sobre todo, quiero que sea buena persona".
Ahora hijo mío, si fuera ahora y a toro pasado (que todo se sabe), te dejaría que fueras político o sindicalista, (como me dijiste una vez que querías ser, para hacer un mundo más justo y ayudar a la gente) momento en el que te dije muy enfadada, que no quería "chorizos" ni traidores, ni parásitos en mi casa. Está visto que yo como pitonisa, no tengo futuro.
Hubo una vez, una persona que me dijo que no te estaba educando bien, para la vida, que la gente era mala, perversa,... lobos con piel de cordero que se te comerían por los pies, ... y no le creí, y como dice la canción "ahora es tarde, señora, ahora es tarde señora...."
Me gustaría decirles a los políticos, a los banqueros, a los "ignorantes" ciudadanos que viven a nuestra costa, que también tienen o tuvieron madre, que nos asfixian hasta la extenuación, que nos agobian y nos ahogan con mentiras, falsedades, impuestos, sueldos precarios, etc. que al final vamos a tener que pagar por respirar, por salir a la calle, por existir... que sus madres los llevaron en sus entrañas durante nueve meses a 0,-- euros/mes, que fueron sus enfermeras, sus maestras, sus cuidadoras, por 0,-- euros/mes, que fueron sus contables, sus cocineras, su cuenta corriente, por 0,--euros/mes, igual que yo, y que no pido que mi hijo tenga un chalet en la sierra o un apartamento en la playa, además de tener su piso en el centro de la ciudad, pero sí quiero que sea feliz, como lo he sido yo, valorando el esfuerzo de levantarse todos los días a trabajar, de tomar una cerveza con los amigos, con el dinero que me he ganado, no el que me han regalado, en la ilusión que he tenido de ir ahorrando para poder irme de vacaciones una vez al año.
En estos momentos hijo mío, te doy gracias, por existir, porque has sido la ilusión, el barco, que me ha mantenido a flote en los momentos duros y bajos de mi vida, has sido mi resistencia, mi cobijo... y te pido perdón, por dejarte un planeta que cada vez está más triste, más seco, te pido perdón porque el corazón humano no cubre las expectativas que te conté de pequeño, te pido perdón, por anteponer en tu educación la felicidad que deberías de tener, siendo compasivo, ayudando a los demás, manteniendo la amistad, y que en más de una ocasión has comprobado en las propias carnes, que hasta los amigos te traicionan y te abandonan. Te pido perdón por haber puesto a tu disposición todo lo necesario para que tuvieras unos estudios que al finalizarlos te ayudarían a tener un puesto de trabajo lo suficientemente bueno, para poder cubrir tus sueños que de niño tenías.
Espero que por estas cosas y muchas más, me puedas perdonar, .... yo, hace tiempo que me perdoné.
Irene.
Me recuerda algo que decía mi padre después de dedicar su vida a la educación... Decía que en realidad había estado engañando a los chavales, enseñándoles el mundo como debía ser y no como era, con todos barriendo para casa e intentando trampear. Un cargo de conciencia. Pero lo malo ya se aprende solo, antes o después.
ResponderEliminarNo solo juegan o jugamos con las situaciones de nuestros hijos, la que heredamos de nuestros padres o las que nosotros mismos realizamos a lo largo de una vida, sino que jugamos con los sentimientos, la honradez, y valores que destruimos, si en alguna ocasión los aprendimos, los utilizamos y los enseñamos.
EliminarGracias por tu lectura y comentario.